domingo, 2 de septiembre de 2007

Pena


La primera vez que vimos el mar no nos gustó,

nuestras costas son heladas,

las olas se enfrentaron como titanes

contra nuestras rodillas flacas,

te caiste y te levantaste maldiciendo.

Este país está lejos de todo y nos dio un río de latas y barro,

“yo confiaba en el mar”, decias y tratabas de enderezarte.

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