La primera vez que vimos el mar no nos gustó,
nuestras costas son heladas,
las olas se enfrentaron como titanes
contra nuestras rodillas flacas,
te caiste y te levantaste maldiciendo.
Este país está lejos de todo y nos dio un río de latas y barro,
“yo confiaba en el mar”, decias y tratabas de enderezarte.
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