domingo, 15 de julio de 2007

Orígenes del mundo


Mi infancia estuvo poblada de desgracias orales. Mi madre me repetía cada vez cada historia con mayor empeño, agregándole un nuevo matiz melodramático, empeñándose en dejarme como un muñeca en un limbo, del que salía cuando iba a la escuela.La escuela era el Gran Mundo, ahí comencé a darme cuenta que mi casa distaba mucho de ser un lugar normal, ni tan siquiera presentable para la sociedad de aquellos años.Los personajes fueron variados: estaban los niños muertos prematuramente, cuyas almas debían pasar sólo por un pequeño purgatorio, ya que sólo habían tenido pecados veniales y no mortales.Algunos habían muerto por enfermedades que en la época no se trataban, otros, la familia decía que por el descuido materno.Fue entonces, desde muy pequeña que me di cuenta que el límite entre la vida y la muerte es muy fino, y que cada uno debe cuidarse del otro como de un perro rabioso.SI, YA SE NO ES UNA BUENA FORMA DE EMPEZAR A CONOCER EL MUNDO.Por necesidad en la escuela yo tomé la actividad de mentir como mi preferida, ése fue mi germen de escritora. Siempre que la realidad te resulte cruel, refúgiate en las alturas de lo imposible.Como mis padres nunca pasaban por la escuela, los inventé a mi medida: eran cultos y se querían tanto como en las pelìculas. En realidad se habían casado por no estar solos y ninguno supo que era ser feliz.La maestra se convertía en mi salvadora, me refugiaba en los libros para no escuchar las peleas ni ver la casa sucia y desordenada.Por cierto toda mi vida cargué con ese lastre que significa la infelicidad materna. Siempre los niños se culpan de su alrededor. Esto es bastante desalentador.¿Si ya en esa época me gustaban los vampiros? lo que más intrigaba mi mente infantil y triste eran las armas para combatirlos.

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