viernes, 27 de julio de 2007

Querida Sylvia


Sylvia Plath es de un talento particular (digo es aunque hace más de 30 años que está muerta).
Pudo haber vivido más, pero una daga se interponía entre la vida y ella: la necesidad de ser perfecta, ergo la necesidad de competir. No creo en esa lucha de ser la mejor para uno mismo, eso es muy oriental, en occidente la perfección o su simil, la apariencia de, es con relación a los otros y es como un pollo recién horneado, se siente el olor a mucha distancia. No se puede ser brillante con la cabeza de otro. Sylvia vivió torturada por no cumplir con cierto modelo, cuando en realidad estaba escribiendo una de las mejores poesías de su época. La duda acompaña a la competencia porque hay mucha gente mejor que nosotros, según el barómetro de la banalidad.
Sylvia quería ganar premios y además quería ser buena cocinera y por encima de todo no defraudar a nadie, en especial a su padre, el gran coloso. Si pueden lean sus Diarios, para saber lo que es luchar día tras día con los fantasmas de la perfección: no ser perfecto duele. Tener que molestarse en trabajar para poder comer y comprar una casa, duele.
Sí, Sylvia, a todos nos duele.

2 comentarios:

Emmaskarada dijo...

Nunca he leido a Sylvia Plath pero creo que nunca querria ser perfecta. Me gustan mis errores.

Taller Bukowski dijo...

Es lo mejor que se tendría que hacer, porque al fin de cuentas, quién dice qué es lo perfecto?el éxito?eso es puro humo.